Este espacio se ha convertido en un motor de crecimiento personal para un grupo de
jóvenes con discapacidad. Aquí no solo aprenden, sino que refuerzan su independencia,
potencian sus habilidades sociales y ganan confianza en la toma de decisiones diarias.
A lo largo de las sesiones, los participantes han trabajado en dinámicas que fortalecen su
autoestima, su capacidad de autogestión y su expresión emocional. A través de juegos de
rol, debates y ejercicios prácticos, han aprendido a administrar recursos, comunicarse mejor
y trabajar en equipo en un ambiente de apoyo mutuo.
¡Pero la última actividad ha sido todo un derroche de creatividad y color! En estas
semanas, el taller se ha sumergido en la magia del Carnaval con la creación de un mural
espectacular.
Con pinceles, papeles de colores, máscaras, serpentinas y toneladas de imaginación,
hemos dado forma a una obra colectiva llena de alegría y expresión artística. Cada
participante ha dejado su huella única, reflejando el espíritu festivo y la diversidad de esta
celebración.
Más que un mural, esta actividad ha sido un espacio de convivencia, risas y compañerismo,
demostrando que la creatividad no tiene límites cuando se trabaja en equipo. Y lo mejor es
que… ¡esto es solo el principio! A lo largo del año, este mural seguirá evolucionando con
nuevas temáticas que nos harán viajar por diferentes tradiciones y festividades.
¡Estamos emocionados por todo lo que viene! Porque en este taller, cada paso es un
logro, cada actividad es un aprendizaje y cada sonrisa es una victoria.
Y ahora… ¡Os mostramos el resultado de nuestro murales de Carnaval!
